EFESIOS 6: 16
"Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno"
Introducción
La palabra dardos, es “belos” en griego que quiere decir misil, dardo, jabalina o flecha.
En la antigüedad esta arma se utilizaba para dañar al contrincante, desorientarlo y quemar sus posesiones. Cuando uno de estos dardos caía sobre un soldado, lo hería, y sobre todo sacaba a los soldados de la ruta de la batalla produciendo temor. Esto es lo que el diablo pretende, que por temor nos salgamos del propósito de Dios y de esa manera podamos ser dañados y nuestras posesiones puedan ser quemadas. Si el enemigo consigue sacarte del propósito, te tiene en el blanco y avanza sobre tu terreno, porque tú no estás en él, por temor. Un amigo mío muy devoto estaba experimentando una terrible batalla contra pensamientos impuros. Él amaba al Señor de veras, y su deseo por sobre todas las cosas era andar en santidad y justicia. Esa clase de cristianos santos a menudo son importunados de esa manera. Satanás no es tonto; él tiene sus "dardos de fuego" apuntados hacia aquéllos que representan una amenaza para su reino tenebroso.
Un día, mientras mi amigo estaba ayunando y orando acerca de su problema, el Señor le reveló lo que estaba ocurriendo. El diablo le estaba enviando pensamientos impuros y luego le acusaba de pensar tales pensamientos. El diablo le disparaba un dardo de fuego (pensamiento impuro) hacia su mente, con la esperanza de que mi amigo lo recibiera y lo abanicara hasta que se convirtiera en una llamarada de pensamientos impuros. (Podemos hacer tal cosa por medio de alimentar la idea en nuestra imaginación: donde ponemos en acción nuestros pensamientos.) Mi amigo rehusó hacerlo, pero Satanás volvía a disparar su próxima flecha o dardo de fuego, el de sentirse culpable, acusado y condenado. El dardo de fuego de condenación (el que le hace sentirse culpable y desanimado) no es tan fácil de apagar, pues creemos que lo merecemos. El Señor le mostró a mi amigo que él no debería sentirse culpable por los dardos que el diablo le disparaba, sino que sería responsable de lo que hiciera con ellos. Lo que debía hacer era rechazar los malos pensamientos, no retenerlos ni alimentarlos, ni sentirse condenado por ellos. Cualquiera de estas direcciones que tomara debilitaría su vida espiritual y su tiempo. Así que el campo de batalla es tu mente y los dardos son los pensamientos. Vamos a conocer algunos tipos de dardos:
La Duda
La duda, es justo lo contrario de la fe. Sin fe no podemos agradar a Dios y cuando la duda entra en nuestras vidas, ya no estamos caminando en fe, en consecuencia ya no agradamos a Dios. Cuando viene la duda, el enemigo me saca del propósito. Siempre de lo que dudas, es aquello que Dios ha planeado hacer. El diablo envía la duda, porque ha oído que lo pediste a Dios y sabe que el que pide recibe y necesita hacer algo para que no lo logres.
No dudes de tu sanidad, ni de tu bendición, ni de tu llamado o sueño, Dios lo va a hacer.
El Temor
Otro de los dardos del enemigo es el temor. El temor es justo lo contrario a la confianza en Dios. Cuando el diablo nos plantea un pensamiento como ¡No podré!, ¡No tengo fuerza!, etc. Estas anunciando y declarando proféticamente que no puedes y automáticamente te destinas al fracaso. Él te pone el pensamiento, temes y tú lo activas.
“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. 2 TIMOTEO 1:7
Pensamientos de Enfermedad
Muchas enfermedades han sido creadas por nosotros mismos. Pensamientos de enfermedad. Verán que la gente que tiene pensamientos de enfermedad, son siempre los que más enfermos están. El primer pensamiento es tengo una enfermedad y lo único que están haciendo es darle autoridad a la enfermedad para activarse en la vida de uno.
ISAÍAS 53:4-5 “Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas Él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre Él, y por su llagas fuimos nosotros curados”.
Pensamientos de Escasez y pobreza
Es otra manera que usa el enemigo para apartarnos de nuestra comunión con nuestro padre celestial, porque al dar por sentado que viene escasez o dudamos que Dios proveerá, es allí donde entramos en el afán de la vida y comenzamos a poner los “trabajos” como prioridad sin darnos cuenta que estamos dejando las cosas espirituales como último recurso cuando la Biblia dice que debe ser lo primero (primeramente). Recordemos que debemos “trabajar para vivir y no vivir para trabajar”. Las personas escasas o con pensamientos de pobreza, no están preparadas para vivir en sobreabundancia.
FILIPENSES 4:19 “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que lo que os hace falta conforme a sus riquezas en gloria.
MATEO 6:33 “Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas”.
La Culpabilidad
La culpa es otro de los dardos del diablo para que no podamos acercarnos a Dios, porque al sentirnos indignos no se tendrá la confianza de acercarse a Dios y pedirle su bendición y sobre todo adorarle de todo nuestro corazón. Por esta razón no hay que permitir ni abrir puertas al enemigo para que no tenga de que acusarnos Recordemos lo que “Diablo” significa: = Calumniador.
No hay ninguna condenación, para aquellos que están en Cristo Jesús, cuando con corazón arrepentido piden perdón por sus pecados.
El Desánimo
El desánimo es otra de las armas que el enemigo usa. Está muy vinculada al temor y la duda. Son pensamientos de fracaso, de imposibilidad, de dificultad. Es cuando nos planteamos en el pensamiento la dificultad y no la posibilidad.
Los pensamientos de desánimo, son muy confusos, porque pensamos que son nuestros, pero no lo son. Estos pensamientos nos enfrían aun en nuestra relación y respuesta hacia Dios.
Pensamientos Malos
Estos pensamientos son inyecciones que inflaman las pasiones para empujarnos a transgredir y apartarnos de Dios.
Pensamientos que sabemos que son malos, pero que tenemos que llevarlos cautivos en obediencia a Cristo Jesús. En otras palabras, cuando entran estos pensamientos de maldad, tenemos que llevarlos en oración a la Presencia de Dios y dejarlos allí.
No permitamos que ese pensamiento entre abiertamente en la casa de Dios que es nuestra vida.
El Escudo de la fe
Es el mejor escudo antimisiles que existen.
A través de la fe, el poder del Rey, es soltado sobre nuestras vidas, para así poder cumplir el plan y el propósito de Dios.
Edifica tu Fe en la Palabra de Dios.
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