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DERRIBANDO FORTALEZAS

La Biblia dice en Josué 6:12 que “Jericó estaba bien cerrada a causa de los hijos de Israel, nadie podía entrar ni salir, más el Señor dijo a Josué: Mira, hoy he entregado a Jericó en tu mano y a su Rey con sus valientes guerreros.”


El mundo en que vivimos, es un mundo muy cambiante y radical (subjetivo). Las trampas y lazos que utiliza el diablo, hacen que se debilite la fe de los creyentes y les afectan de tal manera, que poco a poco logra moverlos y desplazarlos del fundamento de Jesucristo; y les hace que convierten en personas conformistas, indiferentes, pasivas, perezosas y, permisivas.


En las áreas donde están los sentimientos, emociones y/o pasiones (la mente y la voluntad) son las más atacadas por el diablo, a través de las debilidades de la carne y del plan que él ha diseñado para este mundo.


Para alcanzar el objetivo de buscar respuestas a través de la Palabra de Dios a las carencias, debilidades y aflicciones del alma; es importante saber cuáles son las trampas y lazos del Diablo para el mundo, y como lo dirige y cómo actúa sobre el ser humano.


A causa del pecado de los pueblos, se le dan derechos al Diablo (Satanás) para tomarlos con sus habitantes y meterlos bajo la esclavitud del pecado, y levantando muros y cerrando puertas para que la luz del evangelio de nuestro Señor Jesucristo no llegue a ese lugar. Uno de los pecados que produce la esclavitud de un pueblo es: la idolatría y el ocultismo (brujería, hechicería, espiritismo, magia, adivinación, pactos satánicos, etc.) A causa de todo esto, los pueblos quedan cautivos bajo cielos de bronce (maldiciones) y tierra de hierro (dureza, incredulidad, esterilidad, etc.) Deuteronomio 28:23.


Desde el principio hasta el día de hoy, el enemigo (Satanás), tiene bajo cautiverio a naciones y pueblos y las puertas al evangelio están cerradas, la iglesia es pequeña y no progresa, o casi no hay evangelio; las leyes son adversas a la Palabra de Dios, en muchos países no hay libertad para predicar el evangelio, solamente hay religión y ocultismo, vicios, pornografía, libertinaje, etc.

Jericó, para el mundo de aquel entonces, principalmente para los judíos era una ciudad maldita, llena de pecado, de tinieblas, impenetrable por su muro, por sus puertas, por su rey y por sus guerreros. Además, Dios había decretado juicio sobre Jericó, pero recordemos que Jericó era parte de la tierra prometida, que Dios había dado palabra a su siervo Abraham, que le daría toda esa tierra por heredad, a sus descendientes y por generaciones.


Cuando Dios promete algo lo cumple, El da su palabra, y la misma no regresará vacía, tendrá su fiel cumplimiento. Nosotros como pueblo de Dios hemos recibido de El preciosas y maravillosas promesas (2 Pedro 1:4), esto lo sabe el enemigo y ataca, trata de confundirnos, se apropia de lo que nos pertenece, levanta muros y se resiste a rendirse.


Fortaleza= La palabra fortaleza tiene distintos usos. Se trata, por ejemplo, de un sinónimo de fuerza o vigor. Por otra parte, una fortaleza es un recinto fortificado preparado para resistir ataques o invasiones. Un castillo y una ciudadela son fortalezas. Se conoce como bastión o baluarte al reducto que se proyecta hacia el exterior del cuerpo principal de la fortaleza. El bastión tiene forma pentagonal y supone el punto fuerte de la defensa. Un concepto más amplio es el de fortificación, que es una edificación militar construida para funcionar como defensa durante una guerra. Las fortificaciones más amplias son las fortalezas.


En el Antiguo testamento una fortaleza era una casa o edificio fortificado que se utilizaba para protección contra el enemigo. Por ejemplo, David se protegió contra Saúl. 1 Samuel 23:14-19 “Y David se quedó en el desierto en lugares fuertes, y habitaba en un monte en el desierto de Zif; y lo buscaba Saúl todos los días, pero Dios no lo entregó en sus manos”. Estaban bien estructuradas y protegidas en lugares estratégicos. Esta idea se toma para aplicarlo a la idea espiritual y se define como realidades poderosas, engañosamente protegidas,

Hay dos géneros de Fortalezas espirituales:


El Primer género es nuestro salvador y Dios.

Pero hay otro tipo de fortaleza para creyente puede ser una fuente de protección contra el enemigo o demonio, como el caso de que el Señor es nuestra fortaleza. Salmo 18:2 “Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio”.


El segundo género es del príncipe del mundo: Que afectan a la vida directa del creyente.

La fortaleza de la indiferencia

La fortaleza de la pasividad

La fortaleza de la pereza

La fortaleza del conformismo

La fortaleza de la permisividad

La fortaleza de la depresión (primera parte y segunda parte)

La fortaleza del negativismo

Derribar = Tirar hacia abajo o en pedazos, romper, destruir, arruinar, derribar, desbaratar, destruir, trastornar.


El derribar fortalezas es la demolición y el retiro de aquellas formas antiguas de pensar, de tal manera que la presencia verdadera de Jesucristo se pueda manifestar a través de nosotros.

Las fortalezas diabólicas pueden ser nuestra simpatía a los pensamientos del mal, por ejemplo: las actitudes que protegen al yo viejo, que se convierten en habitaciones o fortalezas, lugares de opresión demoníaca en la vida de cada persona. Según san Pablo en 2Co. 10:5 una fortaleza es cualquier pensamiento que se exalte sobre el conocimiento de Dios y de Cristo, por tanto, le da al diablo un lugar seguro desde donde puede influir la vida mental de un individuo.


Cuando un cristiano tiene pensamientos o áreas no crucificadas, los demonios pueden oprimir la vida desde allí. Especialmente cuando no se renuncia a un pensamiento que simpatiza con el mal. Nuestra rebeldía contra Dios, le dará al diablo un sitio en nuestra vida. Muy fácil creemos en el engaño y el creer que no podemos ser engañados, o sea el autoengaño. De allí fácilmente puede ser atormentado por las fortalezas que ha dejado entrar por esa idea.


El auto engaño es una fortaleza difícil de derribar, una vez que la persona esta engañada no permite reconocer que está en ese estado. Cuando descubrimos en nosotros rebeldía contra Dios, no debemos defendernos, ni excusarnos, sino humildemente humillar nuestros corazones y arrepentirnos y permitir a Dios para que nos cambie. Donde no ha habido arrepentimiento, Satanás se alimentara. En un área no arrepentida, habrá una actividad demoníaca.


Regularmente un área no rendida a Dios será un lugar donde el espíritu del mal robara el gozo y el poder del creyente. Un habito, o una habitación, La Biblia le llama fortaleza.2 Co.10:5 Nuestros mismos sistemas de pensamientos protege al enemigo, hasta que no sean derribados y entregados a Jesucristo 2 Corintios 10:3-5 “Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumentos y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,” Antes de ir a la cruz, Jesús dijo en Juan.14:30 que “…Satanás nada tiene. En mi“, En la mente de Él no había nada que le diera el derecho a Satanás de reclamar algo de su propiedad.


El arrepentimiento precede a la liberación de todas las áreas no crucificadas o entregadas al Señor, al rendir la mente a Cristo, seremos libres, la liberación lleva a la sanidad del alma. Cuando hay voluntad en el alma, habrá arrepentimiento y por la liberación total. El arrepentimiento es el antídoto al abandono y a la expulsión de espíritus atormentadores del alma. Al caer las fortalezas, viene la victoria en nuestra vida. 2 Corintios 10:3-5 Toda área oculta debe ser desechada y entregada al Señor, para que los demonios no tengan acceso a nuestra mente.


Las fortalezas y la armadura en que confiaban los demonios eran nuestros pensamientos, actitudes, y opresiones donde nos encontrábamos de acuerdo con el mal. Donde quiera que haya una fortaleza demoníaca, hay un patrón de pensamiento endurecido por este demonio, donde lo convierte en morada de sus actividades. Esta fortaleza esta sobre ciudades, comunidades, familias y personas. Un espíritu inmundo, busca un sitio donde vivir, una casa donde descansar. Mateo 12:43-45 “Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo, y no lo halla. Entonces dice: Volveré a mi casa de donde salí; y cuando llega, la halla desocupada, barrida y adornada. Entonces va, y toma consigo otros siete espíritus peores que él, y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero. Así también acontecerá a esta mala generación”... En esto lo puede encontrar en la dimensión de la naturaleza humana.


Un principio es que los demonios no pueden habitar en el espíritu de verdadero cristiano. Los demonios se mueven en pensamientos carnales, que es parte de la dimensión del alma o personalidad del hombre. Los demonios se disfrazan a sí mismos como nuestras ideas y se esconden en nuestras actitudes, hallan acceso a nuestras vidas. Mateo 12:44,45.


2 Pedro 2:20 “Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero.”


Cristo es el que debe de construir cada día en nuestra vida y ser nuestra fortaleza. La presencia de Cristo a este asunto se basa en Lucas 11:20-23 “Más si por el dedo de Dios echo yo fuera los demonios, ciertamente el reino de Dios ha llegado a vosotros. Cuando el hombre fuerte armado guarda su palacio, en paz está lo que posee. Pero cuando viene otro más fuerte que él y le vence, le quita todas sus armas en que confiaba, y reparte el botín. El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama.” Jesús es más fuerte que el hombre fuerte (diablo). En el nuevo nacimiento Jesús gano una batalla en nuestra vida.


Las fortalezas todavía fluyen en nuestro compartimiento y preocupaciones. Solo cuando caminamos en la plenitud del Espíritu santo, podemos asumir que ha terminado el proceso del cambio. Al nivel individual, al ceder al Señor Jesucristo, esas fortalezas; a medida que El las revela, y para poder derribarlas debemos ponernos de acuerdo con El, por medio del arrepentimiento. Las fortalezas que nos afectan al máximo son las que se hallan escondidas en nuestro patrón de pensamientos, que no las reconocemos ni las identificamos como malas. El reposo que busca el demonio, es estar de acuerdo en la armonía del ambiente. En otras palabras, cuando nuestra vida mental está de acuerdo con la inmoralidad, el temor o los pecados habituales, el enemigo está en reposo.


En el proceso de la liberación, se frecuenta un periodo de conflictos y agitaciones interiores. Debemos esperar un tiempo donde ejerzamos nuestra autoridad en Cristo a media que resistamos al enemigo. 1 Pedro 5:8,9 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo”. San Pablo le llama a esta lucha contra principados y potestades. Efesios 6:12 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.

Habrá un proceso de lucha en el proceso de derribar las fortalezas, pues se romperán los acuerdos con un enemigo que peleara para permanecer dentro de la vida.


Hay varias fortalezas en los cristianos, Proverbios 23:7 ”Porque cuál es su pensamiento en su corazón, tal es él”. La esencia de los que somos está en nuestra vida de pensamientos. Por eso es necesario ser honestos en reconocer nuestras necesidades, no debemos pretender que todo está bien y busquemos ayuda humildemente. La primera fortaleza que debemos quitar es el orgullo de nosotros, aquí está en juego la buena voluntad.


A medida que nos sometemos y perseveramos en Cristo, Él nos trae una nueva vida, su misma naturaleza Efesios 4:23,24 “y renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.” La vida de Jesús nos llena en todas las áreas de nuestra vida y nos volvemos poderosos en la lucha espiritual, las armas de nuestra milicia, da poder a nuestra palabra con autoridad a media que derrumbamos nuestras fortalezas. Romanos 8:29, 29 “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.”


Por lo tanto, debemos ver toda actitud que fallan en conformidad don su semejanza y en las enseñanzas del Señor Jesucristo. Se debe capturar y crucificar esos pensamientos y esos deseos esas actitudes erróneas. Debemos de creer como Jesús cree, su amor, sus pensamientos y deseos deben fluir desde el interior. Gálatas 2:20 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y vivo, no ya yo, sino Cristo en mi”.


1 Juan 2:6 “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.” La mayor fortaleza que debemos derribar es aquello que dice que es imposible llegar a ser semejante a Cristo.

El arrepentimiento significa “Cambio”, la fortaleza del fracaso se combate con el arrepentimiento verdadero. Luego cambiar nuestro modelo de pensar. Todo material de construcción de pensamientos impuros y negativos debe ser cautivado a la obediencia de Cristo. Nuestra eficacia viene de Dios, Filipenses 4:13 “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” Toda fortaleza se destruye con la palabra de Dios. Todo debe reemplazarse por los pensamientos de Cristo.


El Señor Jesús dijo que el Diablo es el príncipe de este mundo (Juan 14:30 No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí); éste ser malvado ha diseñado un plan malévolo y perverso, en colaboración con el hombre desobediente para atrapar el alma, estrangular el espíritu y la comunión con Dios y destruir el cuerpo.

(Efesios 2:2 en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia).


Tendiendo lazos y trampas al alma del hombre, aprovechando el desconocimiento de la palabra de Dios de los pueblos -por la idolatría- y engañándolos (2 Corintios 4:4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios).

El diablo, a través de las trampas tendidas (promesas mundanas, codicia, fama, posiciones sociales, riquezas ilícitas, etc.), atrapa el alma del hombre. Él sabe perfectamente que es en el alma donde se producen las batallas entre las pasiones y los deseos; y son aprovechadas por él para dar expresión a todo tipo de guerras.


(Santiago 4:1 ¿De dónde vienen las guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales combaten en vuestros miembros?)

Por lo tanto, nuestro campo de batalla está en el área de la mente (el alma).

(1Pedro 2:11 Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma).

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