Isaías 54: 2-3 ® Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredara naciones, y habitara las ciudades asoladas.
¿Qué es una tienda? No es la tienda de la esquina, eh. En la antigüedad principalmente eran lugares en donde la gente vivía. Las tiendas eran las habitaciones o las casas de la gente que era nómada o seminómada. Andaban de un lugar a otro, entonces llevaban todas sus cosas, montaban sus tiendas en donde tenían que vivir por un tiempo. Pasado un tiempo, ellos tomaban sus tiendas se movían a otro lugar y encontraban una tierra diferente.
El pueblo de Israel estuvo viviendo en tiendas desde Abraham hasta Jacob. Podemos leer en la Palabra de Dios acerca de las tiendas en donde vivían los grandes patriarcas. Y después durante todo lo que fue el Éxodo, ellos vivían en tiendas, incluso leemos en la Palabra cómo se acomodaban las tribus alrededor del Tabernáculo, que incluso era una tienda también.
Una tienda entonces tiene varias partes, una tienda pues tiene lo que vendría siendo la cubierta. En esa época las cubiertas eran de, había unos hilos como de lana de cabra o cortinas con caña y se tejía la tela. O se usaban también pieles, se usaban pieles para cubrir, se usaban pieles de borrego o de res, cubrían las tiendas, y cuando la tienda era grande, cuando había que alojar a diferentes familias en la misma tienda, se hacían cortinas que separaban la tienda. En la parte del suelo se ponían mantas, también dependiendo de la posibilidad económica, se ponían diferentes tipos de mantas. La tienda tiene cuerdas, las cuerdas que van de las estacas a la cubierta y que hacen que se sostenga o que se pegue al piso. Era una excelente manera para los pastores vivir en tiendas, cuidaban sus rebaños, se protegían en las tiendas.
Y para nosotros como cristianos, la tienda representa en un sentido nuestro peregrinar en esta vida. Sabes que estamos aquí de paso, podemos decir de cierta manera, que como los judíos podemos vivir en tiendas, ¿verdad? Estamos viviendo en una tienda temporal en esta vida. Y nuestra morada final se encuentra con Jesús en donde él dijo que él se adelantó a prepararnos una morada.
Entonces la tienda representa el lugar en donde podemos protegernos, representa el hogar, representa la morada, representa el núcleo familiar también puede ser. Pero también creo yo que la tienda puede llegar a representar nuestra propia vida. Si pensamos en nuestra vida como una tienda, si pensamos en todo lo que cubrimos, o todo lo que vivimos como esa tienda, pensamos todo lo que somos como esa tienda; podemos pensar en nosotros incluso como tiendas, ¿no? Y entonces depende de qué tienda quieras ser.
Hay grandes tiendas o grandes carpas, o simplemente tienditas para poner algunas cosas para que no les dé el sol o la lluvia. Entonces depende de qué tamaño de tienda quieras ser tú. ¿Quieres ser una tienda pequeña? ¿Quieres ser una tienda improvisada? ¿O quieres ser una tienda grande, fuerte que cubre, que protege, que es confiable, y que cada vez va creciendo más? Y el Señor nos habla en términos de esta tienda, en términos de lo que es nuestra propia vida.
Normalmente hablamos de esta Palabra pensando en la congregación. Pero yo quiero primero ubicarte en la parte personal, en la parte de tu vida, lo que es tu propia vida. Piensa en tu vida como esta tienda, piensa en tu vida como esta tienda que tiene su cubierta, sus estacas y tiene sus cuerdas. Y piensa en tu vida cuando Dios te dice: Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas.
¿Qué es lo que Dios está queriendo hablar a nuestras vidas? Desde hace ya un poco de tiempo Dios ha estado poniendo palabras en mi corazón de que es tiempo de movernos hacia un siguiente nivel de crecimiento. No solamente como congregación sino en lo personal. Y cuando Dios nos dice Ensancha el sitio de tu tienda, Dios te está llamando a un siguiente nivel de crecimiento, Dios te está llamando a un siguiente nivel de madurez. De extenderte hacia tu siguiente nivel, extenderte a lo que Dios tiene para ti, extenderte más hacia lo que Dios quiere hacer en tu vida. Extender tú tienda, crecer hacia donde Dios te está llamando; tienes ya que dar el siguiente paso.
Algunos de ustedes no dan el siguiente paso desde hace ya mucho tiempo, y tienen que dar ya su siguiente paso. Ahora, ¿en qué? Bueno deja que Dios te esté hablando a tu corazón, deja que el Espíritu Santo traiga ideas a tu mente, hay muchas cosas en las cuales ya tienes que dar tu siguiente paso. Dios te está llamando, ensancha tu tienda. Tu tienda ya es demasiado pequeña, ya no caben las cosas que hay ahí adentro, tienes que extenderte, tienes que crecer, tienes que ir hacia tu siguiente nivel de madurez. Hay algunas cosas que ya son muy incómodas en tu vida, porque es tiempo ya de irte al siguiente nivel de crecimiento. No vamos a pasar de ser una tienda pequeña o ser una tienda extraordinariamente grande, no vamos a pasar en un paso. Pero Dios nos está llamando ya al siguiente nivel de crecimiento.
Regresando a Isaías 54:2, Dios nos dice a nosotros Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus habitaciones sean extendidas. Es tiempo de ir al siguiente nivel, es tiempo de crecer, es tiempo de madurar, es tiempo de ir a lo que sigue, es tiempo de dejar la comodidad, es tiempo de dejar el estatus, es tiempo de incluso arriesgarse. Una de las cosas que nos causa también inseguridad es ¿y si lo pierdo todo? ¿Qué tal si lo pierdo todo? ¿Qué tal si en el siguiente intento de crecimiento lo pierdo absolutamente todo? Bueno, ya llevo un poco ganado, pero qué tal si en la siguiente transición lo pierdo todo. Bueno pues parte del riesgo.
Tenemos que ir al siguiente paso, no nos podemos quedar. Porque una cosa es segura: si no nos movemos de donde estamos, si no muevo mi tienda de donde está ahora, voy a cubrir lo que tengo pero no voy a crecer más. Y seguro que no he llegado al lugar a donde Dios quiere que llegue.
Dios te dice: prepárate para ensanchar tu tienda. Y luego te dice: no seas escasa. Y aquí es donde tenemos que pensar lo que tengo, no estoy hablando solamente en lo económico, estoy hablando en lo que es tu vida. Imagínate de nuevo esa tienda como tu vida, y tú dices, oye, lo que tengo ¿es todo lo que Dios quiere que yo tenga? ¿Lo que tengo ahora es todo lo que Dios tiene en su corazón para mí? No sé tú respuesta pero yo creo que ¡no! No sé qué es lo que tú pienses, pero yo creo que no, no es todo lo que Dios quiere para ti, no es lo que tú tienes ahora. Dios quiere más, Dios quiere mucho más.
Entonces nos dice. No seas escasa, no seas escaso. No limites lo que Dios puede hacer en tu vida, no lo limites a lo que tú piensas que Dios puede hacer en tu vida. Crece más allá y rompe los límites de tu mente, de tu corazón, de tu pasado, de tu presente, no seas escasa ten una visión grande. Que la visión que tengas sea determinada por Dios y no por ti, y que Dios te lleve a nuevos lugares, a descubrir nuevos lugares, a descubrir nuevas cosas, a un nivel más allá de lo que tú piensas.
¿CUÁNTO DEJAS TÚ QUE DIOS HAGA EN TU VIDA? ¿Cuánto dejas que Dios haga? ¿Cuánto te pones a volver a leer la Palabra cuando Dios te dice: no seas escaso? Hay mucho más, Jesús dijo: en esto es glorificado mi padre en que llevéis mucho fruto y seáis así mis discípulos.
Hay mucho más fruto que Dios quiere que tú lleves, solo es cuestión de permitírselo. Dios te dice también: alarga tus cuerdas. Cuando alargas las cuerdas quiere decir que vas a estar en la posibilidad de cubrir más. Cuando de repente decimos, que tal si algo pasa, pierdo mi seguridad, tengo miedo, etc., y entonces como que en lugar de extenderte te contraes más. Y dices, no mejor yo aquí me quedo. Y Dios te dice: bueno si te soltaras un poco más, abarcarías más y verías más la obra y los milagros de Dios. Alarga tus cuerdas.
Joel 2:28 Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Dios quiere poner visiones, poner sueños, llevarte más allá de lo que tú piensas que puede ser. Pero todo es cuestión de dejarte llevar, de dejar que Dios pase al siguiente nivel en tu vida.
Isaías 54:2b Alarga tus cuerdas, y refuerza tus estacas. Es decir, mientras te extiendes y las cuerdas van alargándose, tienes que reforzar las estacas. Tienes que reforzar aquello que hace que la tienda no se despegue del suelo. Y esto nos habla de nuestro carácter, de nuestra convicción, de nuestra santidad. A veces pensamos oye ¿por qué no crezco tanto como tal persona crece? Oye ¿por qué el crecimiento de la iglesia está limitado? ¿A qué está limitado el crecimiento de la iglesia?
Bueno, primero ¿A qué está limitado el crecimiento de tu vida? ¿Qué tanto dejas que Dios alargue las cuerdas? Y Segundo, ¿A qué tanto tus estacas están fortalecidas? Estoy hablando de tu obediencia, estoy hablando de tu santidad, estoy hablando de tu carácter. Ah, porque podemos permitirle a Dios que las cuerdas se hagan cada vez más grandes; pero cuando cubrimos más y las estacas no están firmes, entonces sí todo se pierde.
La limitante a tu crecimiento está en esas dos cosas, en qué tanto dejas que Dios, tu relación con Dios vaya extendiendo la visión de Dios en tu vida. Y segundo, qué tanto estás afirmando tu carácter en un nivel de santidad y de obediencia a Dios. ¿A qué está limitado el crecimiento de la iglesia? A nuestro crecimiento. Tú preocúpate por tener un crecimiento personal y tú contribuyes a tener un crecimiento de la congregación. Tú crece en lo personal, tú ensánchate en lo personal y tú contribuyes a un crecimiento de la congregación. Pero no al revés, no el crecimiento de la congregación nos va a hacer más grandes a nosotros.
Hageo 2:10-15 A los veinticuatro días del noveno mes, en el segundo año de Darío, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: 11Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo: 12Si alguno llevare carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida, ¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No. 13Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sacerdotes, y dijeron: Inmunda será. 14Y respondió Hageo y dijo: Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es inmundo. 15Ahora, pues, meditad en vuestro corazón desde este día en adelante, antes que pongan piedra sobre piedra en el templo de Jehová.
Quiero que meditemos un poco en esta palabra, y cuando yo la leí a mí me dejó frío. Porque dice Dios, así mismo toda obra de sus manos y todo lo que aquí ofrecen es inmundo. ¿Qué tan inmundos estamos? Cuando estos hombres Zorobabel, el gobernador de Judá y Josué, Sumo sacerdote; estaban por reedificar el templo de Dios, Dios les dice a través de Hageo: antes de que pongan piedra sobre piedra, les quiero hacer una pregunta. La pregunta es, ¿lo santificado con simplemente tocarlo puede santificar a otras personas? Y los sacerdotes dijeron, no. Y así es. Y entonces dijo, oye pero lo inmundo si toca a otros ¿puede hacerlos inmundos? Y dijeron, sí.
Es decir, no por estar metiendo las manos en la obra de Dios estás santificado. No por estar metiendo tus manos en el templo de Dios en el ministerio de Dios, eres santificado. ¡No, no, no! Pero sí puede suceder al revés, tus manos contaminadas pueden contaminar también la obra de Dios. Y entonces Dios les dice, señores momento, antes de que empiecen a poner piedra sobre piedra, mediten en sus propios caminos; mediten en sus propias obras.
Y Dios nos llama y nos dice: oye te quejas porque no estás creciendo ¿verdad? Te quejas porque sigues con los mismos problemas emocionales, te quejas porque sigues con los mismos problemas familiares, sigues con los mismos problemas económicos, la situación es que MEDITA EN TUS CAMINOS, MEDITA SOBRE TUS CAMINOS, MEDITA SOBRE LO QUE TIENES QUE CAMBIAR EN TU VIDA.
Si Dios te lleva al siguiente nivel sin transformar tu interior, desastre seguro. Si Dios te lleva al siguiente nivel de bendición sin transformar tu corazón, fracaso seguro. Y Dios nos dice: Medita pues en tu corazón desde este día en adelante. Medita. Dice la Palabra Hageo 2:16 Venían al montón de veinte efas, y había diez; venían al lagar para sacar cincuenta cántaros, y había veinte. Había una falta de honestidad y de pureza en el corazón de estos hombres. Y cuando nosotros no crecemos en nuestra vida personal, lo primero que tenemos que hacer es meditar en nuestro corazón.
Cuando decimos: “es que el problema no es que Dios no me de visiones, Dios me da visiones pero de 20 no hago una”. ¿Por qué? Medita en tu corazón. Hay una santidad que Dios está exigiendo en nuestras vidas, y también tenemos que pasar a nuestro siguiente nivel de santidad. Hay una santidad que Dios está exigiendo en nosotros. Dios nos está demandando una santidad y una obediencia en nuestras vidas. Entonces cuando las cuerdas se alargan, las estacas tienen que estar más fuertes, deben de estar fortalecidas, pero tenemos que meditar en nuestro corazón. Tenemos que cambiar nuestros caminos.
Pensamos en la congregación y decimos, ¿A qué está limitada el crecimiento de la congregación? Y de nuevo, medita sobre tus caminos. Si pensamos en la congregación como una gran tienda, podemos pensar la cubierta ¿está bien? O ya hay algunas áreas en donde está deteriorada. Podemos pensar las relaciones entre nosotros de respeto, de armonía, de amor, de apoyo, ¿están bien o tenemos ya que restaurarlas? Tenemos que afirmar alguna estaca que se está moviendo, y Dios nos invita: MEDITA EN TU CORAZÓN.
Yo quiero el crecimiento en mi vida, y por eso Dios empieza siempre hablándonos de visiones. Dios empieza hablándonos, esto es lo que yo quiero para ti. Esto es lo que yo quiero para la congregación. Esto es lo que yo quiero para el país. ¿Lo quieres tú también? Bueno pues revisa tus estacas, revisa tus cuerdas, medita en tu corazón, medita en tu vida.
Amado hermano, amada hermana, piensa en tu vida como esa gran tienda. Esa gran tienda con ese manto arriba, ese manto que cubre y esas cuerdas que sostienen de la parte superior de la tienda, de lo que es el manto hacia la estaca. Y piensa en el siguiente nivel al cual Dios te quiere llevar. Vuelve a pensar en la visión que Dios tiene para tu vida. Quisiera hacer esto un poco más personal, olvídate de todo y piensa en esto. La gran visión que Dios tiene para tu vida, aquellos lugares a donde Dios te ha llamado.
Joel 2:28, dice que Dios dará visiones y sueños. ¿Quién quiere visiones y sueños? Pues pídeselos a Dios con voz audible y dile, Señor dame nuevos sueños, dame nuevas visiones y nuevos sueños sobre mi vida, sobre lo que quieres de mí, sobre lo que estás buscando en mi vida. Dame visiones y sueños, derrama de tu Espíritu santo en mi vida, de tu Espíritu que quita la ceguera en el nombre de Jesús.
¿Cuántos quieren que sus tiendas sean ensanchadas? Dile al Señor, Señor ensancha mi tienda, alarga mis cuerdas, y afirma mis estacas. Llévame a un siguiente nivel de crecimiento Señor. Llévame más allá, llévame al siguiente nivel en tu Espíritu. Dice tu Palabra, irán de poder en poder, de gloria en gloria; bendito eres Jesús.
Imagínate que todos nosotros somos la cubierta de esa gran tienda, de esta gran congregación, ahora, pídele a Dios, Señor restaura esta tienda, restaura está cubierta, restaura esto que nos protege a todos, fortalece la cubierta Señor. Alarga las cuerdas también y fortalece las estacas. Que seamos una tienda capaz de retener la presencia de Dios adentro, y que es capaz de extenderse más para traer más gente que venga a disfrutar de la presencia de Dios, en el nombre de Jesús.
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