San Lucas 10:27 - “Aquel respondiendo dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.”
¿Cómo puede realmente haber una entrega total de una persona a Dios? Vamos a empezar este estudio con el versículo que encierra todo para que cada persona entregue todo de sí a Dios. No debe haber ninguna retención a nosotros. Posible nunca nos hemos detenido a poder reflexionar que realmente significa el primer mandamiento:
“…Y amarás a Jehová tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y con todas tus fuerzas….” Deuteronomio 6:5
“…Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo….” Lucas 10:27
¿Te has preguntado qué significa en verdad este primer mandamiento?
1) Amarlo con todo nuestro corazón.
Primero debes recordar que amar no es lo mismo que querer, querer solo es algo que es caprichoso, amar es una entrega no depende del sentimiento, depende de un acto y una decisión. El corazón recordemos que el corazón es engañoso:
Veamos en Jeremías 17:9; “…Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?..”
“…Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias….” Mateo 15:19
El corazón es uno de los órganos más internos del ser humano y bien protegido, está en el centro del tórax y por eso representa al espíritu del humano.
Dios quiere que primero le amemos con todo el corazón. Esto significa: una entrega total de nuestro ser espiritual, esa parte que nos identifica realmente, eso que tenemos en lo muy profundo; lo que hay en lo profundo de nosotros es lo que somos. Si esta parte no está entregada entonces todo lo demás no estará tampoco entregado y será una pantalla.
Dice Hebreos 4:16: “…acerquémonos pues confiadamente al trono de su gracia para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro…”
Debemos acercarnos con el corazón, con nuestro espíritu humillado, con esa parte que miente, de la que salen malos pensamientos, que maquina el mal, con esa parte debemos venir primero rendidos. Esa parte debe someterse a Dios de lo contrario seguirá en sus delitos y pecados.
“…Y les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne…” Ezequiel 11:19
2 Corintios 5:17; “…De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas…” También Efesios 4:22; “…En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos…”
2) Amarlo con toda nuestra alma o mente
La segunda entrega que debemos hacer es nuestra mente, esta es la parte que más nos separa de las cosas celestiales, porque es la que está siempre buscando excusas para no venir y caer rendida. La mente fue modificada en los inicios en aquel jardín del Edén donde al acercarse Adan y Eva ante aquel árbol de tanto conocimiento del bien y del mal fueron atrapados en sus formas de pensar, la duda fue algo que sembraron en ellos y esa duda hizo que ellos escogieran ese camino donde prevaleció más el conocimiento que su palabra eterna.
La mente es atraída mucho por el deseo de conocimiento, a la mente le gusta alimentarse siempre de conocimientos o también en casos extremos no alimentarse de nada trayendo ignorancia en la cual las mentes más versadas pueden enseñorearse de estos ignorantes, en vez de enseñarlos en las cosas buenas para que ellos también lleguen a señorear.
La mente es blanco perfecto de la mentira, una vez poseída por la mentira, entonces será difícil poderla sacar de dicho atolladero mental, aquí es donde la mente es necesaria que venga a sometimiento de Dios.
Recordemos que:
La mente es la capacidad de pensar, razonar, ordenar ideas, crear relaciones entre ellas, concebir cosas, ver con y más allá de los sentimientos.
La conciencia es el amplio campo de acción en el que se mueve la mente, aunque también intervienen las impresiones y percepciones físicas, las emociones, las intuiciones, el mundo de la imaginación.
En el cerebro están las bases, pero es la mente la que abre puertas hacia los conocimientos, y un paso más adelante, haciendo uso de la inteligencia, convierte los conocimientos en sabiduría, en experiencia vital.
El cambio del hemisferio izquierdo al hemisferio derecho crea la ciencia y la experiencia, mientras que el cambio en sentido contrario crea la visión, la revelación y la creatividad.
La mente es vital en la vida de una persona pues le conecta con el mundo actual, lo mantiene prácticamente al día de lo que acontece y también responde de acuerdo a lo que ve.
“…No seas sabio en tu propia opinión, teme a Jehová y apártate del mal…” Proverbios 3:7
3) Amarlo con todas nuestras fuerzas
¿Qué significa todas nuestras fuerzas?
Es la parte productiva físicamente de una persona. Las fuerzas son la vigorosidad de una persona, esa está implícita desde la juventud o adolescencia, son nuestros mejores años para aprender, para cultivarnos, para glorificar a Dios, las fuerzas que son muchas energías para hacer tantas labores buenas, para cambiar el mundo, para cruzar el océano, para devorar estudiando la universidad o cualquier área técnica, las fuerzas que pueden ser destrozadas por entregar nuestro corazón al lugar equivocado.
“…No des a las mujeres tu fuerza, Ni tus caminos a lo que destruye a los reyes…” Proverbios 31:3
“…Para que no des a los extraños tu honor, Y tus años al cruel; 10 No sea que extraños se sacien de tu fuerza, Y tus trabajos estén en casa del extraño; 11 Y gimas al final, Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, 12 Y digas: !!Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció la reprensión; 13 No oí la voz de los que me instruían, Y a los que me enseñaban no incliné mi oído! 14 Casi en todo mal he estado, En medio de la sociedad y de la congregación…” Proverbios 5:9-14
“…pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán…” Isaías 40:31
Amar a Dios con todas nuestro corazón, o espíritu, con toda nuestra alma o mente y todas nuestras fuerzas, significa una entrega total en todos los campos para que haya una verdadera plenitud, gozo, paz y eso nos haría estar aptos para cumplir el segundo gran mandato: “…Amarás a tu prójimo como a ti mismo…” (Marcos 12:31). Pero ese ya es otro estudio.
Si cumples con el primer mandato significa que te amas a ti mismo.
Comments